Cada año, todos los años

Gracias por estar aquí querido lector, he dejado este espacio sin mucho de mi por un rato ya, esta embriagues de la inmediatez a la que me hice adicto me ha alejado de mis costumbres creativas, y es que cómo culpar a las redes sociales por esa descarga estúpida de dopamina que sueltan en nuestro cuerpo, es casi imposible resistir aunque el alma clame a grito un poco de alimento.

En fin, casi un año después vuelvo a poner letras en este escape que tanto me ha ayudado a sobrevivir desde aquel post sobre 14 de febrero que sirviera como ignición a mi gusto por las letras. Este año como casi siempre que vengo a «vaciarme» por aquí, estoy harto.

Los devenires de una vida adulta en la que haces lo que se supone estés haciendo a esta edad son terriblemente vanos, me hacen recordar a «momo», se siente que los hombres grises nos roban el tiempo, los «compromisos» se adueñan de nuestro ánimo incluso; tanta cosa hace añorar los años más simples donde aunque había trabajo qué hacer no había necesidad de mantener tanto vínculo, no por que no hubiera, simplemente se sentía menos pesado, esto quizás es por que no veíamos tanto de las personas como lo hacemos hoy, donde parece que todo mundo está todo el tiempo ahí y sin embargo estamos cada vez más separados.

Me siento agobiado porque en la víspera de mis 40 años por primera vez no me siento feliz, volteo a ver mi vida y aunque todo parece estar marchando, algo dentro de mi lo siente insuficiente, mi mente siente que no la he alimentado correctamente y mi cuerpo me recuerda lo miso a su respecto cada mañana, haciendo recuento de los años me doy cuenta que me he fallado por perseguir una falsa felicidad que si bien me ha enseñado mucho, está lejos de ser la algarabía y risas que tenía antaño, digamos que he perdido mucho con el paso de los años, a muchas personas muy valiosas, muy queridas cuya ausencia hoy por hoy me pesa mucho, me hace dudar de mis decisiones las cuales ya no puedo deshacer.

Todo lo anterior no significa que vaya a rendirme, porque eso ni siquiera que como diablos se hace, pero lo que sí necesito es un cambio de vida, probablemente sea eso lo que me agobia, que las expectativas que tengo sobre mi mismo están mucho más arriba de lo que soy hoy día; el día no me alcanza para hacer todo lo que deseo y de eso no tienen nadie la culpa.

Si un deseo se me pudiera cumplir, me encantaría tener la fuerza y perspicacia de mi juventud, mientras me aferro a ese sueño para vivirlo en el astral me embarco en una nueva aventura, la de sobrevivir, la de mejorar en la dirección que sea de aquí al tiempo que me quede, porque ¿sabes algo?, hoy ha sido un día menos.

Soy fan de los finales, felices o no, me gusta cuando todo acaba porque significa que algo nuevo viene. Lo mismo pasa con la vida, con las horas, con los momentos, hasta que deje de haberlos…

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